Es muy común, sobre todo en lo que respecta al cuidado de la piel, que haya muchas opiniones especulativas sobre lo que es bueno o malo para la misma, y es muy probable que nuestras rutinas de cuidado se hayan visto influenciadas en gran manera por eso que escuchamos alguna vez “por ahí”. De esta forma, en este artículo mencionaremos algunos de estos mitos y verdades para tu conocimiento.
Mitos y verdades sobre el cuidado de la piel
1. No es necesario usar protector solar si no hace sol
FALSO. Es muy probable que no sepas que la radiación solar no solo afecta tu piel cuando hace sol. Cualquier día, a cualquier hora, sin importar si está nublado o si llueve, los rayos UVA y UVB penetran la atmósfera y las nubes para llegar a tu piel y provocar arrugas prematuras, manchas, deterioro y más. Así que, no creas en este gran mito y utiliza el protector solar adecuado para tu fototipo y tipo de piel.
2. Es importante dormir bien para tener una piel bonita
VERDADERO. Durante el sueño, las células de la piel se regeneran y su pH se reequilibra. Lo ideal es respetar las horas de sueño mínimas que el cuerpo necesita para descansar (normalmente 8 horas por noche). Esto ayuda a mantener la piel hidratada y a evitar las ojeras; una parte importante en el cuidado de la piel.
3. Los labios no necesitan protección contra el sol
FALSO. No olvides que la piel de los labios también se quema y también puede sufrir de manchas y de arrugas prematuras. Por eso, te aconsejamos buscar un bálsamo labial que tenga un buen FPS y que los humecte.
4. Todavía no necesitas una crema para contorno de ojos
FALSO. Las cremas o geles para el contorno de los ojos se suelen asociar con la edad y con las arrugas, pero la realidad es que nunca es demasiado temprano para comenzar a usar una crema para los ojos, incluso si todavía no hay signos visibles de envejecimiento alrededor de los mismos. Lo mejor es aplicar los cuidados necesarios con tiempo.
5. No debes usar crema hidratante si tienes piel grasosa
FALSO. La realidad es que una piel bien hidratada puede producir menos grasa y, por ende, reducir la aparición de acné y espinillas. Factores externos como la contaminación, los rayos UV y la limpieza excesiva pueden dañar la barrera de humedad de la piel grasa. Esta pérdida de humedad puede generar un aumento en la producción de aceite, por eso se necesita un hidrante adecuado para el cuidado de la piel grasa, preferiblemente productos sin aceite.
6. No necesitas protector solar si tu maquillaje tiene SPF
FALSO. Hoy en día existen polvos y bases de maquillaje que prometen proteger la piel contra los rayos UV, sin embargo, no siempre es suficiente. La realidad es que el SPF del maquillaje no es el mismo que obtendrías de un protector solar, así tengan el mismo número. Además, el maquillaje fácilmente se cae durante el día, dejando desprotegida tu piel contra los rayos del sol. Te recomendamos aplicar protector solar cada 2 horas para garantizar su efecto.
7. Mientras más limpiemos la piel, mejor
FALSO. Limpiar y exfoliar la piel no es sinónimo de piel saludable, libre de espinillas o acné. Cuando limpiamos o exfoliamos en exceso, o usamos jabones fuertes, estamos destrozando la barrera natural de la piel y termina por hacer exactamente lo contrario al efecto deseado, produciendo exceso de grasa para tratar de reponer el daño.
8. Las duchas calientes no son buenas para la piel
VERDADERO. El agua caliente tiende a dañar la protección natural de la piel. En la cara, la piel reacciona produciendo más sebo para protegerse de la sequedad. Como resultado, la piel de esta zona se vuelve más grasa. Por lo que, en el cuidado de la piel, el agua fría es más beneficiosa.
9. Mientras más alto sea el SPF, más protección
VERDADERO. El SPF indica el tiempo durante el cual tu piel podrá estar protegida contra los rayos UV, por lo que, mientras mayor sea el SPF, mayor tiempo de protección te proporcionará. Siempre recuerda elegir un protector solar de amplio espectro para garantizar la mayor protección.
10. La hidratación del rostro debe ser la misma que la del cuerpo
FALSO. La piel del rostro siempre es más grasa que el resto del cuerpo, además de ser más delicada, por lo que los compuestos y activos necesarios para estas dos zonas son diferentes y las necesidades varían.
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