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LOS TIPOS DE PIEL Y LOS DIFERENTES CUIDADOS QUE NECESITAN

Los tipos de piel y sus cuidados

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Cada tipo de piel tiene sus propias características. El primer paso para mantener una piel saludable es comprender que existen diferentes tipos de piel y no para todas funciona la misma estrategia y cuidados. Así que, si deseas lucir una piel impecable y reluciente, es importante conocer cuál es tu tipo de piel para poder cuidarla con productos específicos.

Los tipos de piel se pueden dividir en cinco categorías: normal, grasa, seca, mixta y sensible. Y, aunque la piel puede cambiar debido al clima, la salud y el envejecimiento, el tipo de piel tiene un origen genético y se mantiene a lo largo de la vida.

Es importante agregar, que no debemos confundir los tipos de piel con los problemas dermatológicos. Los trastornos de la piel son problemas que aparecen en los diferentes tipos de piel. Algunos de estos pueden ser característicos de un tipo de piel en específico, y otros más, que pueden ser parecidos por cualquier persona.

Así que, ¿conoces cuál es tu tipo de piel? A simple vista, puede parecer una pregunta fácil. Pero seguro que más de una vez te has hecho esa pregunta mirándote al espejo con detenimiento, y es que la respuesta quizás no es tan clara y determinarlo no siempre es fácil. Pero, no te preocupes, en este artículo mencionaremos las características claves de cada tipo de piel, que seguramente te ayudarán a resolver este enigma.

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¿Cuáles son los tipos de piel?

1. PIEL NORMAL

Es una piel que se caracteriza por tener pocos granos, poros pequeños y no suele irritarse ni enrojecerse con facilidad. Este tipo de piel presenta una textura regular sin imperfecciones. Además, tiene un aspecto suave y limpio. Las personas que poseen este tipo de piel tienen un tono rosado y uniforme.

Dado que esta piel es suave y resistente, acepta la mayoría de los principios activos que se usan en los productos de cuidado para la piel. No obstante, es importante garantizar la protección de los daños que causan los rayos UV usando a diario un protector solar. Aunque este tipo de piel no necesite de atenciones especiales como las demás, también hay que prestarles atención, ya que con el tiempo pueden llegar a convertirse en pieles secas.

2. PIEL SECA

La piel seca retiene menos humedad que la piel normal y las glándulas sebáceas segregan menos grasa, lo cual provoca descamación y la aparición de líneas de expresión. A veces suele tener manchas y en ocasiones parece más envejecida de lo que realmente es. La buena noticia es que existen soluciones muy sencillas para la sequedad.

Los aceites, cremas y bálsamos faciales hidratantes son eficaces para conferir más volumen a la piel si los utilizas con regularidad. Su aplicación continua disminuye el aspecto áspero y crea una barrera protectora. Además, puedes usar un exfoliante suave cada cierto tiempo para eliminar la acumulación de células muertas y dejar que la piel más joven y fresca que se encuentra debajo reluzca.

3. PIEL GRASA

Las pieles grasas se caracterizan por tener poros grandes, tienden a producir más sebo del necesario y poseen imperfecciones. Si bien es cierto que este tipo de piel puede ser un poco más difícil de cuidar, también tarda más en mostrar los signos del envejecimiento.

Debido a que en este tipo de piel las glándulas sebáceas trabajan horas extras, cuando el exceso de grasa se mezcla con la suciedad y las células muertas de la piel, comienzan a formarse granos. De esta forma, con el uso de ingredientes antibacterianos que equilibren la cantidad de grasa se pueden mantener bajo control estos problemas y evitar los brotes.

Un error común que cometen las personas con piel grasa, y que exacerba sus problemas, es la limpieza excesiva. Debes evitar usar demasiados productos y respetar tu rutina de limpieza diaria.

4. PIEL MIXTA

Si tienes una sensación grasienta en la zona T, pero el resto del rostro es equilibrado, tienes lo que se conoce como piel mixta. Este tipo de piel es una combinación de dos tipos de piel: normal-seca y grasa o con impurezas. Presenta un aspecto brillante y tiende a desarrollar pequeñas impurezas, sobre todo en la frente, nariz y barbilla. En cambio, la piel de la zona de las mejillas es entre normal y seca.

La combinación de grasa y descamación puede ocasionar brotes y puntos negros de vez en cuando. El uso regular de un limpiador suave y un humectante ligero hará que tu piel luzca más limpia y saludable.

5. PIEL SENSIBLE

La piel sensible se caracteriza por presentar rojeces, irritaciones o tener bultos. Aunque todos los tipos de piel pueden reaccionar mal a diferentes principios activos o factores ambientales, la piel sensible se ruboriza con extrema facilidad y suele enrojecerse tras usar determinados productos para el cuidado de la piel. Este tipo de piel también tiende a ser más delgada, tiene poros más pequeños y suele ser más seca.

Si tienes este tipo de piel, opta por productos dermatológicos con una acción suave y relajante, como los productos ultra suaves y sin perfume.

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