Utilizar un buen protector solar se ha vuelto un imprescindible debido a que la incidencia de las radiaciones sobre nuestra delicada piel es cada vez mayor. Pero, frecuentemente, caemos en el error de utilizar el mismo protector solar corporal en nuestro rostro, en lugar de usar un protector solar facial; ¿conoces las razones por las que no debemos usar el mismo protector? ¡Has llegado al lugar indicado!
Al estar expuesta a tantos agentes externos, la piel sufre daños que, incluso, podrían ser irreversibles. Esta es la razón por la que hay que cuidarla, protegerla y nutrirla, tanto por dentro como por fuera.
Es por esto que en el mercado podemos encontrar varias cremas que indican que pueden ser utilizadas tanto para el cuerpo como en la cara; sin embargo, lo más adecuado para nuestra piel es utilizar un protector solar FACIAL y otro distinto para el cuerpo.
¿Qué diferencias hay entre el protector solar facial y el corporal?
Contrario a lo que quizás podamos pensar, no es recomendable usar el mismo protector solar para la cara y el cuerpo, por la sencilla razón de que la piel del rostro y la del resto del cuerpo no son iguales y, por lo tanto, no tienen las mismas necesidades. Por esta razón, la composición e ingredientes de los productos corporales pueden no ser buenos para el rostro y carecer de algunos compuestos necesarios para el cuidado de esta zona.
Para el cuerpo
Los productos para el cuerpo, incluyendo los protectores solares, pueden llegar a ser más oleosos. Además, estos pueden poseer más fragancias y parabenos que podrían afectar al pH de la piel de la cara; provocando reacciones alérgicas.
En ningún caso debe usarse sobre el rostro, dado que puede provocar irritación. Además, no contiene activos adicionales como los protectores solares faciales y no previene la aparición de manchas o arrugas propias del fotoenvejecimiento.
Generalmente, los protectores solares corporales vienen en una presentación más grande que los faciales, debido a que necesitamos una mayor cantidad para cubrir nuestras necesidades.
Para la cara
Por su parte, la piel de cada rostro es particular: normal, seca, grasa o con acné. Y, dependiendo de esta característica, deberás escoger la presentación de protector solar más adecuada para ti. Por ejemplo, si tienes la piel normal o seca, puedes usar protector en crema o emulsión. Mientras que, si es grasa o con acné, se recomienda el uso de protector en gel.
La textura del protector facial es menos grasosa que la corporal. Esto se debe a que su uso de aceites es menor y el confort que experimentamos en el rostro es mucho mayor.
Los protectores faciales son más sencillos de aplicar suelen ser con mayor frecuencia hipoalergénicos y dermatológicos. Además de proteger la piel, el protector solar facial puede contener un tratamiento para cubrir nuestras necesidades. Mientras los protectores faciales suelen ir dotados de activos antiarrugas e hidratantes, los protectores corporales suelen ir reforzados con ingredientes calmantes y refrescantes para la piel.
¿Cómo elegir correctamente un protector solar facial o corporal?
Para elegir el protector solar facial o corporal adecuado para ti, se deben tener en cuenta tres aspectos relevantes como los siguientes:
- Toma en cuenta tu fototipo, especialmente, en la elección del protector solar facial, dado que, por ejemplo, las personas que están en el fototipo I tienen la piel muy clara y reactiva al sol, y son aquellas que, generalmente, tienen los ojos azules y pelo con tono rojizo. Debido a esto, cada fototipo precisará de un factor de protector solar diferente.
- No olvides tener en cuenta el factor de protección solar a la misma que vez que el fototipo, debido a que, mientras más alto es el SPF, estarás protegido por un mayor tiempo. Sin embargo, siempre es más recomendable, sea cual sea el fototipo y el factor de protección solar recomendado para ti, elegir un SPF más elevado por seguridad y pasar las horas justas al sol, sin olvidar retocar cada dos horas para garantizar la protección durante exposiciones prolongadas al sol.
- Elegir aquellos protectores solares que tengan filtros químicos o físicos, preferiblemente estos últimos porque protegen a nivel superficial y no penetran en la piel, que reduzcan al máximo el porcentaje de incidencia de los rayos ultravioletas UVA y UVB. El protector solar corporal debe aplicarse con más asiduidad y especial atención en pecho y hombros, ya que son las zonas del cuerpo que suelen estar más expuestas al sol.
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