Ducharse es uno de los hábitos más importantes que debemos tener para mantener una buena higiene, además de que nos proporciona un efecto relajante. Pero, ¿es saludable para la piel ducharse varias veces al día?
Lo cierto es que, ducharse muy seguido, con el agua a altas temperaturas o tomar largos baños puede tener un efecto negativo para nuestra piel. Veamos por qué.
¿Por qué ducharnos en exceso no es saludable para la piel?
La capa córnea o Epidermis, que es la más externa de la piel y tiene la función de ser una barrera protectora contra cambios de temperatura, la deshidratación, entre otros, puede verse dañada por el exceso de jabón y agua, afectando su propia capacidad de regeneración y sus mecanismos para mantenerse saludable.
Un exceso de higiene no es saludable para la piel porque no solo elimina los lípidos, la suciedad, el manto ácido y los aceites de la piel, sino que también elimina algunas de las bacterias buenas que ayudan a mantener un equilibrio saludable de la piel.
La Epidermis mantiene una humectación natural de la piel, sin embargo, esta protección es hidrosolube. Lo que quiere decir que una larga ducha o un jabón fuerte puede eliminar esta capa, potenciando su efecto negativo si se hace muy seguido. Lo que en resumidas cuentas puede ocasionar que la piel se reseque, se irrite, se agriete y aparezca el riesgo de infección.
Es recomendable, entonces, utilizar jabones neutros, de glicerina, con poco detergente o de aceites vegetales, los cuales son suaves con la piel y evitan su irritación.
Todo esto rompe el mito de quienes que creen que, entre más limpios, más protegidos están contra las bacterias, virus, hongos y otros microorganismos que atacan la piel. Lo que ocurre es lo contrario. Pues nuestra piel cuenta con sus propios mecanismos para protegernos, y, aunque podemos ayudarla a potenciar estos efectos, debemos considerar lo que, al contrario, disminuye sus efectos.
3 factores a tener en cuenta para saber cada cuánto ducharte
Sin embargo, no todas las personas somos iguales, y mucho menos nuestro tipo de piel. Por lo que, es necesario tomar en cuenta algunos factores que te dirán cada cuánto tiempo podría ser recomendable ducharte. Siempre teniendo en cuenta las recomendaciones de tu dermatólogo:
1. Según el tipo de actividades físicas
Si eres alguien que suda con frecuencia por ser deportista, acudir al gimnasio regularmente o realizar actividad física al aire libre, definitivamente debes ducharte diariamente.
Es saludable para la piel ducharnos cada día en estos casos, ya que con esto eliminamos sudor, bacterias y suciedad, y debemos evitar que estos agentes se acumulen en nuestra piel para no correr riesgos de contraer infecciones bacterianas o por hongos, y evitar que nos salgan granos por la suciedad acumulada.
2. Según el entorno
Vivir en ambientes calurosos o con mucha humedad también potencia la acumulación de bacterias en el cuerpo. En ese caso, también se recomienda ducharse diariamente para contrarrestar la acumulación de bacterias malas y reducir el olor corporal.
Cuando el ambiente, por el contrario, es muy seco, se recomienda disminuir la frecuencia de duchado para evitar la sequedad en la piel, la cual puede generar picazón y descamaciones. Ten en cuenta que ducharse no es la única manera de asearnos, pues puedes utilizar una toalla húmeda y un jabón corporal para aquellas zonas más propensas a acumular bacterias, sin afectar la barrera protectora de la piel.
3. Según el tipo de piel
Si tu piel es grasa, debes tener cuidado, pues ningún extremo es bueno. Es recomendable tomar una ducha diaria, sin embargo, ten cuidado de exceder frecuentemente esta cantidad, pues puedes generar que tu piel produzca aún más sebo para tratar de combatir la sequedad.
Por el contrario, si tu piel es sensible o muy seca, es recomendable disminuir la frecuencia de duchado, según las recomendaciones de tu dermatólogo, ya que él evaluará las condiciones de tu piel y te dirá cada cuanto tiempo puedes tomar una ducha y evitar o reducir la sequedad, picazón o la inflamación.
Además de todo esto, debes tener en cuenta la temperatura ideal del agua al momento de tomar una ducha. Debido a que, las temperaturas altas pueden ser contraproducentes para tu piel. Lo ideal es que el agua esté por debajo de la temperatura corporal, o los 37 grados centígrados (de fría a tibia).
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