El cuidado de nuestra piel debe ser prioritario todos los días, pues es nuestro órgano protector y solo estando completamente sana nos puede proporcionar la protección que necesitamos. Cuando una piel es cuidada, el resultado es notable. Por esto, es importante utilizar los productos para el cuidado de la piel adecuados y de forma diaria.
Una rutina de limpieza diaria minuciosa y suave, y una buena hidratación de acuerdo a tu tipo de piel, te ayudarán a mantener la piel saludable. La hidratación incrementa la cantidad de agua en la piel, protegiéndola de la deshidratación y dejándola lisa, suave y con un aspecto luminoso.
Por otra parte, puedes complementar esta rutina diaria con productos para necesidades o problemas específicos de la piel, como acné, envejecimiento e hiperpigmentación, en el caso de que poseas algunas de estas necesidades y según tu tipo de piel y modo de uso del producto, recuerda verificar si tu producto o sus ingredientes activos reaccionan de manera negativa al combinarse con otros productos para el cuidado de la piel, para así evitar su uso de manera conjunta.
¿Qué productos para el cuidado de la piel no puedo olvidar en MI RUTINA DIARIA?
Los productos para el cuidado de la piel que vayas a utilizar en tu rutina diaria, deben ser los adecuados para tu tipo de piel, para que no generen reacciones adversas por la mala elección.
Un rutina básica diaria debe incluir al menos 4 pasos con el uso de productos para el cuidado de la piel, las cuales son: limpieza, tonificación, cuidado y protección.
PASO 1: LIMPIEZA
Una limpieza diaria es el primer paso para el correcto cuidado de la piel. En nuestro rostro, cada día se acumula suciedad, sudor, grasa, maquillaje y otras partículas del medio ambiente, por lo que es sumamente importante remover estas impurezas cada día. La piel limpia puede absorber mejor los ingredientes activos de los productos para el cuidado.
Es recomendable elegir un limpiador que sea:
- Suave pero que no reseque tu piel
- Formulado para tu tipo de piel y problema cutáneo específico, según sea el caso
- Con una formulación probada, y, preferiblemente, que sea adecuado para piel sensible
Recuerda que, para pieles grasas, son ideales los productos para el cuidado de la piel que son oil free o a base de agua. Y, por el contrario, para pieles secas puedes elegir productos en crema o emulsión.
PASO 2: TONIFICACIÓN
Aplicar tónico después de la limpieza, genera la eliminación de los rastros de limpiador y refresca la piel; de igual manera, restablece su pH natural. Además, ayuda a preparar la piel para recibir los nutrientes que le proporcionarás, debido a que, los valiosos ingredientes en los productos para el cuidado de la piel se absorben de manera más eficaz cuando se aplican sobre una piel limpia.
Es recomendable que elijas tónicos sin alcohol, sea cual sea tu tipo de piel. Aunque los tónicos de este tipo tengan un efecto refrescante, pueden sustraer de la piel sus lípidos naturales, lo que generará que se produzca una cantidad excesiva de sebo, en respuesta a la falta de lubricación. De esta forma, el alcohol es capaz de intensificar la sequedad de la piel seca, mientras que para las pieles grasas o mixtas podría generar el aumento de la producción de sebo.
Siempre consulta con tu dermatólogo cuáles son los productos para el cuidado de la piel más adecuados para ti.
PASO 3: CUIDADO
Los productos para el cuidado hidratan y reabastecen la piel. Si eres una persona de piel seca, puedes elegir cremas o emulsiones hidratantes para incluir en tu rutina diaria de cuidado facial. Si, por el contrario, eres de piel grasa, lo ideal es elegir humectantes en gel y productos para el cuidado de la piel que sean libres de aceites.
PASO 4: PROTECCIÓN
Nuestra piel necesita que le brindemos los cuidados y la protección adecuada, de los múltiples factores externos que la pueden deteriorar. Especialmente de los efectos negativos de la radiación UV, donde el uso de protector solar se hace indispensable.
No olvides incluir en tu rutina el uso de protector solar de amplio espectro que te protegerá de la radiación UV, los rayos infrarrojos y la luz visible.
Estos son solo 4 pasos básicos que puedes incluir en tu rutina diaria con productos para el cuidado de la piel. No olvides exfoliar tu piel regularmente, y no en exceso, según las recomendaciones de tu dermatólogo, para remover de manera profunda todas las impurezas acumuladas en el rostro.
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