La exfoliación facial se ha convertido en un paso esencial de nuestras rutinas de cuidado de la piel. Ayuda a deshacerse de las células muertas, dando lugar a una piel más suave y radiante. Pero, como cualquier procedimiento, se debe hacer correctamente, para evitar que nuestra piel sufra daños por una mala exfoliación. En este artículo, te mostraremos algunos de los errores más comunes en la exfoliación facial y cómo evitarlos.
¿Cuáles son los errores comunes en la exfoliación facial y cómo evitarlos?
1. Elegir el exfoliante equivocado
Existen principalmente dos tipos de exfoliantes: los físicos y los químicos. Los primeros son aquellos que contienen pequeñas partículas que, al masajear sobre la piel, eliminan las células muertas. Los segundos, contienen ingredientes como ácido salicílico o alfahidroxiácidos que disuelven las células muertas sin necesidad de frotar.
¿El error? Elegir uno sin tomar en cuenta tu tipo de piel. Por ejemplo, si tienes la piel sensible, un exfoliante físico podría irritarla.
- Solución: Te recomendamos que investigues sobre los diferentes tipos de exfoliantes y consultes con un dermatólogo antes de tomar una decisión.
2. Exfoliar con demasiada frecuencia
Es fácil pensar que, si exfoliar es bueno, hacerlo a menudo es mejor. ¡Incorrecto! Exfoliar con demasiada frecuencia puede despojar a la piel de sus aceites naturales, dejándola seca, irritada y susceptible a brotes.
- Solución: Lo ideal es que la exfoliación sea de 1 a 2 veces por semana. Si notas que tu piel se siente seca o irritada, reduce la frecuencia.
3. No hidratar después de exfoliar
Después de exfoliar, la piel queda más susceptible a la pérdida de humedad. Saltarte la hidratación puede llevar a una piel deshidratada y a una barrera cutánea comprometida.
- Solución: Siempre aplica una crema o gel hidratante después de exfoliar. Este debe ser adecuado para tu tipo de piel. Evita usar hidratantes en crema o aceitosos si tienes la piel grasa; en cambio, si tu piel es seca, estos serían los ideales para ti.
4. Usar productos con ingredientes irritantes
En la exfoliación, menos es definitivamente más. Evita productos que contengan ingredientes irritantes como alcohol o fragancias. Estos pueden causar enrojecimiento e irritación, especialmente después de un proceso exfoliante.
- Solución: Opta por exfoliantes con ingredientes naturales y, si es posible, libres de fragancias. La Azeloglicina y el Ácido Salicílico son opciones populares y efectivas para la exfoliación facial.
5. Ignorar el tipo de piel
No todas las pieles son iguales. Tenemos piel grasa, seca, mixta, sensible, y cada una necesita un cuidado diferente, incluso cuando se trata de exfoliación.
- Solución: Es fundamental conocer tu tipo de piel y seleccionar un exfoliante que sea adecuado para ella. Si tienes dudas, siempre es una buena idea buscar el consejo de un experto o dermatólogo.
6. Exfoliación desigual
A veces, nos centramos en zonas específicas de nuestro rostro y olvidamos otras. Esto puede llevar a una exfoliación desigual, dejando áreas de la piel sin tratar y otras posiblemente sobre-exfoliadas.
- Solución: Al aplicar el exfoliante, asegúrate de distribuirlo uniformemente por todo el rostro, prestando atención a todas las áreas y evitando la zona delicada alrededor de los ojos.
7. No proteger la piel del sol
Después de exfoliar, la piel está más expuesta y es más vulnerable a los daños del sol. Ignorar la protección solar puede llevar a quemaduras, manchas e incluso aumentar el riesgo de enfermedades de la piel.
- Solución: Aplica siempre un protector solar con un SPF de al menos 30, después de exfoliar, incluso si el día está nublado. Tu piel te lo agradecerá a largo plazo.
8. No ser constante
La exfoliación es más efectiva cuando se hace de manera regular y consistente. Hacerlo esporádicamente no te brindará los beneficios a largo plazo que buscas.
- Solución: Establece un calendario de exfoliación según las necesidades de tu piel y sé consistente con él. Si la piel lo permite, una a dos veces por semana es ideal para la mayoría.
Conclusión
La exfoliación facial es una herramienta poderosa en nuestra rutina de cuidado de la piel. Pero, como toda herramienta, debe ser usada con precaución. Al evitar estos errores comunes y siguiendo nuestras soluciones recomendadas, te asegurarás de obtener todos los beneficios de la exfoliación sin los posibles inconvenientes. Recuerda, tu piel es única, así que escucha sus necesidades y actúa en consecuencia.
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